Mientras los socialistas comunistas no cesan de alabar los méritos de Carrillo para la democracia ¿...? Carrillo no deja de ser el responsable de uno de los crímenes más execrables cometidos durante la Guerra Civil española.
¡La URSS lo confirma!
De la masacre de Paracuellos es responsable directo Santiago Carrillo por su puesto en la Junta de Defensa de Madrid. A la abundante historiografía existente hasta la fecha (desde Felix Schlayer a Ricardo de la Cierva, pasando por el revelador trabajo de César Vidal, Paracuellos-Katyn) se ha sumado recientemente el ensayo de un historiador de izquierda, Paul Preston. Se trata de El holocausto español. El propio Carrillo se vio obligado a admitir, tras publicarse ese libro, que “estuve implicado... pero no di la orden de matar”. Preston, sin embargo, restó credibilidad al ex dirigente comunista y aseguró: “Sus mentiras sobre la matanza me parecen infantiles”.
La responsabilidad directa de Carrillo en millares de crímenes ha sido confirmada tras la apertura de los archivos de la antigua URSS. Al respecto, existe un documento de Gueorgui Dimitrov, agente de la Komintern. El texto, de 30 de julio de 1937, señala que el peneuvista Irujo quería detener a Carrillo, “secretario general de la Juventud Socialista Unificada, porque cuando los fascistas se estaban acercando a Madrid, Carrillo, que era entonces gobernador, dio la orden de fusilar a los funcionarios fascistas detenidos”.
Carece, por tanto, de argumentos Garzón para negarse a investigar las masacres cometidas por la izquierda. En realidad, esta ha sido su actitud en sus cruzadas judiciales contra dictadores. Así, encausó a Pinochet, por crímenes contra la humanidad, pero no aceptó otras acusaciones formuladas ante la Audiencia Nacional por los abusos de Obiang o Fidel Castro.
Enrique Castro Delgado, creador del 5.º
Regimiento de Milicias, con expresión increíblemente cínica, en su libro
Hombres made in Moscú: -
Ya dentro
del Cuartel (escribe Castro Delgado),
alguien dice: “Allí” están los que
no han escapado, serios, lívidos, rígidos... Castro sonríe al recordar la
“fórmula”. “Matar... matar, seguir matando hasta que el cansancio impida matar
más... Después... Después construir el socialismo”. Esto sucedía
el 20 de junio de 1936.