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sábado, 13 de septiembre de 2014

Año 1700 Castilla y Aragón en 'liza' por una sucesión de dimensiones europeas y los catalanes de comparsas

Ni saben lo que piden, ni saben lo que quieren.

La capital catalana, que había proclamado como Rey de España a Carlos III, resistió un asedio de 13 meses pero, abandonada por la alianza austracista, al final sucumbió.

Cada 11 de septiembre muchos catalanes celebran su fiesta o «Diada». ¿Por qué el 11 de septiembre y no cualquier otra fecha del calendario? Porque el 11 de septiembre de 1714 la ciudad de Barcelona se rendía a las tropas del rey Felipe V, de la dinastía De Borbón. ¿Luchaban los catalanes por su independencia? No, luchaban por colocar en el trono español al archiduque Carlos de Austria, una pretensión que la derrota les arrebató.


El 11 de septiembre de 1714 se enmarca en los estertores de la Guerra de Sucesión (1700-1714). Esta guerra dividió en dos bandos no sólo a los españoles, sino también, y primero, a los europeos. Cuando los aliados austracistas (Inglaterra, Holanda, Portugal, Austria) se dieron de baja en la contienda, ésta quedó sentenciada. Entonces Barcelona aún aguantó 13 meses de bloqueo antes de ser entregada. Rafael Casanova, conseller en cap, cayó herido, que no muerto, en esta batalla final.

«El testamento de Carlos II, abierto a raíz de su muerte entre una enorme expectación de España y de toda Europa, fue de momento respetado en Europa pero pronto desencadenó la repulsa del Imperio austriaco –a la que se unió la Corona británica, por razones de conveniencia y equilibrio- y con ella la guerra de Sucesión española, que fue una guerra europea en el interior de España y una guerra civil española porque mientras la antigua Corona de Castilla aceptaba a Felipe V los territorios de la antigua Corona de Aragón reconocieron por Rey de España al archiduque Carlos, denominado aquí Carlos III»

La alianza austracista entra en liza

La guerra se empezó a gestar en Europa, no en España. «El emperador Leopoldo de Austria intrigaba en las cancillerías protestantes y marítimas de Inglaterra y Holanda contra la alianza dinástica francoespañola, que podría dominar con facilidad todo el continente americano (…) Entonces Guillermo de Orange, rey de Inglaterra y archienemigo holandés de España, concertó en La Haya el 7 de septiembre de 1701 la gran alianza europea contra Luis XIV; la firmaron Inglaterra, Holanda, Dinamarca, el elector de Brandeburgo a quien el emperador Leopoldo reconoció como rey de Prusia y por supuesto el propio emperador de Austria, cuya dinastía se consideraba la gran perjudicada por la sucesión borbónica española».

La causa de Carlos III arraigó en España en los territorios de Aragón, Valencia y Cataluña. El motivo político fundamental es que recelaban de la Administración centralista borbónica, y temían por la pérdida de sus propios fueros e instituciones, como finalmente sucedió. «El 8 de agosto la escuadra aliada fondea junto a Denia (…) la rebelión prende con fuerza en el reino de Valencia, sobre todo desde el éxito decisivo de la escuadra en Barcelona, frente a la que apareció el 22 de agosto». En Barcelona también se produce una división entre borbónicos y austracistas, pero pronto el apoyo a Carlos III se convierte en hegemónico: «Antes de acabar el año 1705 toda Cataluña le reconocía por Rey menos la ciudad de Rosas; y todo el reino de Valencia menos la ciudad de Alicante enarbolaba también su pendón».

Fuera de los campos de batalla, otro hecho determinante vino a dejar la Guerra de Sucesión vista para sentencia. Se trata de la muerte del emperador José de Austria, hermano mayor del archiduque Carlos, lo que significa la sucesión de este al trono como Carlos VI. Ante este panorama, Inglaterra y Holanda deciden poner fin cuanto antes a la guerra para que no haya un Carlos III de España y VI de Alemania. Para Inglaterra, el equilibrio europeo ya no es lo que era. Los ingleses inician conversaciones en Utrecht el 29 de enero de 1712, de momento sin contar con España. Felipe V renuncia solemnemente al trono de Francia el 9 de noviembre de 1712. El 10 de julio de 1713 España firma el Tratado por el que entrega a Inglaterra Menorca y Gibraltar.
Cataluña se sabe y se siente sola y abandonada. Felipe V miraba ya hacia Barcelona con inevitables ganas de revancha política, sin perjuicio de cierta magnanimidad. En el Tratado de Utrecht el Rey de España concedía a los rebeldes catalanes «la amnistía y todos los privilegios que poseen y gozan y en adelante puedan poseer y gozar los habitantes de las dos Castillas, que de todos los pueblos de España son los más amados del Rey católico». En cambio, la emperatriz Isabel Cristina, esposa del ya Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico, engañaba a los representantes y gobernantes catalanes con promesas cada vez más vanas.

Cataluña decide resistir

El gobierno de Cataluña estaba formado entonces por tres instituciones: los Consejeros de Ciento, que administraban la ciudad de Barcelona, la Diputación del General o Generalidad y la Junta de Brazos. Estas tres instituciones se reúnen en junio de 1713 y deciden resistir hasta el final. Juega un papel principal la Junta de Brazos, donde destacan tres claros líderes: el gobernador Pedro de Torrellas, el conseller en cap Rafael Casanova y el general en jefe de la defensa, Antonio de Villarroel y Peláez. Ante la negativa de Barcelona a entregarse, el duque de Pópoli inicia un bloqueo de la ciudad.
El 14 de febrero de 1714 fallece la Reina María Luisa Gabriela, cuya actuación había sido importantísima para lograr la victoria de la causa borbónica. El Rey de España entra en depresión. Los dos hijos vivos que quedaban del valeroso matrimonio llegarían a ser reyes de España como Luis I y Fernando VI. Es posible que sin su esposa María Luisa Gabriela Felipe de Borbón no hubiera llegado a convertirse en el Rey que más tiempo ha reinado en España: 45 años (1700-1746, con una interrupción de nueve meses en 1724).
Cuando Felipe V vuelve a ocuparse de Cataluña, sus gobernantes no solo exigen el mantenimiento de sus fueros e instituciones, sino además tres millones de libras para compensar los daños de la guerra. Como contestación, Felipe V releva al duque de Pópoli por el duque de Berwick, el vencedor en Almansa. Este se pone al frente del asedio el 6 de julio, con un importante contingente francés y sin la más mínima oposición de Inglaterra. Cuenta con 40.000 hombres y 140 cañones para el tercer y definitivo asedio. «El mes de agosto es un asalto continuo» y el último amago de Inglaterra de interceder por los catalanes se queda en eso, en un amago.

La batalla final

Y así llega el 11 de septiembre de 1714. A las cuatro y media de la madrugada se inicia el asalto borbónico, que emplean en la ofensiva a más de 20.000 hombres. «La resistencia se encona, algún bastión, como el convento de san Pedro, cambia de mano once veces. A las dos horas de lucha, y a ruegos del general Villarroel, Rafael Casanova tremola la bandera de Santa Eulalia que enardece a los defensores en el punto más comprometido». Tanto Casanova como Villarroel caen heridos. La dura batalla se prolonga durante todo el día, hasta que, «ya cerrada la noche, algunos consellers enarbolan bandera blanca».
El historiador catalán Ferrán Soldevila, en Síntesis de la historia de Cataluña, afirma: «La defensa fue tan heroica que suscitó el estupor y la admiración de toda Europa, ganándose el respeto de sus adversarios en sus figuras más dignas. El Consejo Municipal, que encabezaba Rafael de Casanova, fue el alma de la resistencia…» Casanova, añade De La Cierva, «consiguió ocultarse y pocos años después, incitado por sus familiares, se acogió al perdón real y residió hasta su muerte sin que nadie le molestara en San Baudilio de Llobregat». 

Y aquí se acaba la historia de "LA GRAN BATALLA DE CATALUÑA", que no es más que otra ensoñación de los catalanistas (sustentada política y económicamente durante 35 años por Jordi Pujol para ocultar sus oscuros deseos, con el beneplácito de CiU, ERC y ciertos presidentes ' prevaricadores' del Gobierno español).

Como también lo son:
1. La lengua catalana (un dialecto), que es una copia que hizo Pompeu i Fabra (1918) de la gramática mallorquina y de la gramática valenciana.
2. Los quiméricos Països catalans, que nunca existieron ni histórica, ni política, ni  geográficamente (aunque para ello copien y manipulen el mapa de la Corona de Aragón).
3. La cuatribarrada como bandera catalana, y que es la bandera propia del Reino de Aragón.
4. La inexistente coalición Catalano-Aragonesa, otro fraude y aberración histórica ya que Cataluña nunca ha sido un reino. Pasaron de ser 'condados' feudatarios del rey Luis IX de Francia (Pacto de Corbeil 1258), a ser (después de la firma de este tratado) 'condados' feudatarios del rey Jaime I de Aragón.
5. Felipe V no suprime el CATALÁN de la administración (con el decreto de Nueva Planta en 1707), lo que hace es sustituir el LATÍN por el CASTELLANO. Ya que de todos es sabido, que en esta fecha el catalán no tenía ni gramática ni diccionario y como vulgar era utilizado el lemosín, que es una lengua occitana de origen francés (como lo fue la procedencia de los condes y repobladores de los condados de la Marca Hispánica, hoy Cataluña). 
6. La 'sardana' un baile popular,  que es originaria de la isla de Cerdeña.
7. Los Castellers, que son de origen valenciano denominados: Els Balls de valencians (torres humanas). etc. etc.
Y si..., todo lo que los catalanistas llaman su historia y su cultura, está demostrado que no es ni historia, ni cultura. Es un puro montaje y una soberbia mentira, regada con el dinero de todos los españoles.
Como lo son esos FASTOS de la DIADA de 2014, donde con una repercusión mediática sin precedentes en las cadenas autonómicas catalanas (que ha costado 380 millones de euros), se ha dado cobertura y exaltación a toda esa sarta de mentiras y de falsedades históricas. Mientras en Cataluña los ciudadanos sufren que se supriman servicios públicos, se aumentan los impuestos, crezca el paro y las desigualdades sociales y se cierran Hospitales: Los sindicatos critican el cierre de 200 camas en el Hospital de Bellvitge en ... El Hospital de Bellvitge reduce un 19% las sesiones de quirófano y un 26,5% ... Mientras sus políticos siguen con 'la bufonada' inconstitucional, de un referéndum popular que los proclame y legitime como un 'país soberano', que históricamente nunca han sido.